Sobre los artículos

Podéis escribir a menobl.consultas@gmail.com si tenéis dudas, sugerencias o comentarios.

Poseo el copyright sobre todos los textos, se pueden copiar siempre que se mencione mi nombre y la dirección de este blog.

jueves, 20 de abril de 2017

26. Depuración de primavera.


La primavera es la estación de la excentricidad, la fantasía, la sorpresa y la provocación. También el momento de festejar el sexo y dar rienda suelta a nuestra creatividad. Claro que, esto es así, si se vive de acuerdo con los ciclos de la naturaleza. Lo que pasa más a menudo es que se llega a la primavera con cierta fatiga, incluso se habla de depresión primaveral.

En realidad, la energía de primavera se "cuida" durante el invierno de la forma indicada en el artículo precedente, lo que incluye descanso y replegamiento interior. Algo que no es precisamente evidente en nuestras sociedades, donde hay que trabajar, producir y divertirse igual en todo momento.


Como en la (peri) menopausia nuestro cuerpo hace todo lo que está en su mano para hacernos conscientes de los ciclos naturales, es ahora -si no prestamos atención antes- cuando vamos a empezar a notar bastante el coste físico y emocional de ir en su contra, es decir si no hemos seguido las leyes del invierno.

Por ejemplo, si gastamos demasiada energía y comimos fresas y helados -es un ejemplo- sin prestar atención a la temporada (el invierno es la época de las raíces y de las coles, de los guisos y de las sopas calientes) llegaremos a la primavera irritadas y ansiosas o impacientes y coléricas y eso, en el mejor de los casos.

Esto en medicina china corresponde a las emociones relacionadas con los meridianos energéticos de hígado y vesícula biliar, no es por tanto casualidad que las conocidas curas de primavera conciernan sobre todo al hígado y la vesícula biliar.

Por otro lado, si en invierno y principios de primavera añadimos raíces crudas de temporada (y ecológicas) a las ensaladas, tipo zanahorias, rábanos negros, remolachas u otras de acuerdo al lugar donde vivimos, e incluimos unas cuantas coles o brócolis y repollos en nuestros platos calientes -además de descansar y dormir lo suficiente- nuestro hígado, vesícula y ánimo estarán en buenas o mejores condiciones para la nueva estación.

En cualquier caso, nunca estará de más ocuparse del hígado en primavera, ni tampoco conocer la herramienta más simple de depuración general que conozco, porque hagamos lo que hagamos nuestro cuerpo recibe tóxicos constantemente a través del agua, el aire y los alimentos. Sin preocuparse en exceso por lo que no podemos controlar, siempre es interesante saber lo que sí podemos hacer, sobre todo si es fácil.

Siguiendo con mi idea de exponer la técnica más sencilla que produzca el máximo de efectos os propongo el "palming" para actuar sobre el meridiano del hígado. Consiste en frotar las palmas de las manos una contra la otra hasta que se calienten algo y ponerlas sobre los ojos sin apretar, pero procurando no dejar pasar nada de luz. Se mantienen así el tiempo que os sea cómodo, cuanto más largo mejor.

El palming descansa los ojos y agudiza la vista de forma inmediata. Hay personas que han disminuido su miopía y mejorado apreciablemente su vista cansada haciendo solo palming, pero os aviso que para obtener estos efectos se necesita hacerlo todos los días entre 15 y 20 minutos. Sin llegar a tanto, el palming es siempre beneficioso, sea el tiempo que sea.

Si no conocéis algo la medicina china os diréis que cuál es la relación entre el palming y el hígado. Es simple, el meridiano del hígado -un camino energético específico que recorre todo el cuerpo y donde se encuentran una serie de puntos de acupuntura- pasa por los ojos y, en realidad, se podría decir que los ojos, además del alma, son el espejo del hígado... o de sus emociones asociadas, como la cólera o la irritación... o la mirada seductora y sexy, porque un hígado feliz se complace en el arte de la seducción.

Como hay una relación entre el hígado y los ojos, para solucionar problemas de la vista hay que tener en cuenta el estado del hígado y, al contrario, un exceso de trabajo con el ordenador que cansa la vista (el palming tiene aquí su campo ideal de utilización) va a afectar la energía del hígado.

El hígado, entre otras funciones, es una central de depuración. Independientemente de las curas específicas de este órgano con plantas, tisanas etc que se pueden encontrar fácilmente en cualquier libro o página web de salud natural, yo lo que quiero proponeros es el kavala, un método extremadamente simple de limpieza de toxinas descubierto por la medicina ayurvedica.

Consiste en meterse en la boca una a dos cucharadas de aceite de girasol o de sésamo prensado en frío y ecológico. Se mezcla con la saliva y se remueve por toda la boca, haciéndolo pasar entre los dientes durante 15 a 20 minutos. Después se escupe y se enjuaga la boca con agua que se vuelve a escupir. Hay que hacerlo con el estómago vacío y el momento ideal sería por la mañana, antes del desayuno. La ventaja es que mientras se hace una puede ducharse o hacer los diez minutos del programa para la menopausia de Donna Eden, por ejemplo.

El ayurveda considera el kavala como un método higiénico que cuida el cuerpo entero y previene la enfermedad en general. Como es un método muy fácil de llevar a cabo, cada cual puede verificar personalmente los efectos, ya que el ayurveda lo indica -en práctica cotidiana- para una gran cantidad de problemas que van desde los dolores de cabeza y estómago a la artrosis, las enfermedades cardiacas y renales, los problemas de piel... o las enfermedades crónicas del hígado.
El efecto inmediato en cualquier caso, es una mejora espectacular en las encías delicadas o sangrantes y en la salud de la boca en general, incluyendo el blanqueamiento de los dientes. Solo por eso merece la pena probarlo, aunque estés estupendamente, y usarlo cotidianamente en prevención.

AVISO: El kavala no tiene contraindicaciones, pero si estuvieses enferma de forma crónica o aguda, esta técnica puede producir una agravación aparente y momentánea de los síntomas, una subida de temperatura o una sensación de molestia. Este fenómeno es un signo de que el organismo "se despierta", de que hay un efecto sobre la enfermedad de que se trate y de que puedes seguir con el kavala cotidianamente, sin interrumpirlo, porque está actuando directamente sobre el problema.
Por supuesto, siempre puedes consultar a un profesional de salud que conozca el ayurveda para informarte y quedarte tranquila.

Para ojear mis otros libros y saber más sobre mí puedes ir AQUÍ.

martes, 15 de noviembre de 2016

25. Auto-masaje de invierno.




Dentro de los útiles de los que todas nosotras deberíamos disponer están los auto-masajes. 

No he escrito hasta ahora sobre esto porque, en general, encuentro que son complicados y largos, aparte el tiempo que se necesita para aprenderlos leyendo las instrucciones, parte esta última que suele ser bastante aburrida. 

Por supuesto que son estupendos y que sientan bien, pero ¿además del programa básico, de los ejercicios energéticos, de un deporte y/o actividad y de todos los etcétera y etcétera de nuestra vida habitual? ¡He estado varios años reprimiéndome!... hasta que, finalmente, me he decidido. Y lo he hecho llegando a un compromiso conmigo misma: ¿qué os parecería un solo masaje por estación del año, fácil, rápido y que actuase sobre el máximo de órganos y meridianos energéticos? 

Porque estos masajes existen en muchas tradiciones, simplemente hay que encontrarlos entre docenas de otras indicaciones. Una de las tradiciones especialmente rica en masajes energéticos es la china que, además, propone diferentes tipos según el momento del año. Así que, me gustaría proponeros el masaje de orejas chino, que es especialmente adecuado en invierno porque tonifica la energía del meridiano del riñón. 

El riñón, en medicina china, es el órgano que almacena nuestra energía esencial y gobierna las energías del resto del cuerpo. El riñón (con la vejiga) encarnan la energía del invierno, la calma, el frío, el reposo inmóvil donde duerme el germen de la nueva vida que comenzará en la primavera.

Es el riñón el que gobierna la vitalidad y en invierno es importante mantenerla y recargarla. Por lo que es el momento de dormir más, de pararse, de aislarse hasta cierto punto para hacer balance y de meditar. En una palabra, de seguir las enseñanzas del invierno, por un lado para economizar nuestra esencia vital, por otro para regenerarse.

Además, a partir de la menopausia, tenemos que prestar una atención especial a esta energía esencial, si queremos mantenernos sanas y llegar a la gran vejez disfrutando de todas nuestras facultades y de la sabiduría recogida por el camino.

El masaje de orejas tonifica el riñón, mejora la audición y también regula las funciones de los demás órganoss del cuerpo que, como ya sabéis, se proyectan en el pabellón auricular.

Para comenzar con el masaje:

Poner las manos sobre las dos orejas, abrir los dedos y dejar la oreja en un triángulo entre el anular y el mayor. En esta posición, el mayor, índice y pulgar están detrás del pabellón de la oreja, descansando parcialmente en el cuello, y el anular y el meñique están encima de la oreja hacia delante.
Con los dedos en esta posición se masajea la oreja, por sus dos caras al mismo tiempo, unas 30 veces.

Luego se frotan las orejas con la parte baja de la palma (cerca del puño), alternando las dos caras del pabellón auricular, también unas 30 veces por cara.

Después se pellizca el pabellón entre el pulgar por delante y el índice y el mayor por detrás y nos paseamos por toda la superficie insistiendo en los puntos sensibles.

Terminamos metiendo los índices en el agujero para cerrar las orejas y desatrancamos con un golpe seco.

Eso es todo, como ves es rápido y sencillo. También es muy efectivo, como el resto de las herramientas que propongo. 

Puedes hacerlo durante todo el invierno en los momentos en que te convenga y, especialmente, si te sientes baja de tono. 

Para ojear mis otros libros y saber más sobre mí puedes ir AQUÍ.

miércoles, 16 de marzo de 2016

24. Programa para trabajar la ansiedad… (y Tres).




Utilizando las herramientas que sugiero en el artículo anterior, se comienza el camino de la disociación. Una de las vías que, si es este tu deseo, puede llevarte a la alegría y la paz interior.

Para explicar esto, hay que preguntarse: ¿Quién soy? 

¿Soy mi cuerpo, mis emociones, mis estados mentales? 

Si te mantienes en observación, con los pulmones vacios, mientras las sensaciones físicas desagradables y los torbellinos mentales intentan hacerte capitular, sabes ya -aunque tal vez sólo a nivel intuitivo- que no eres ni tu cuerpo, ni tus emociones, ni tus estados mentales y esto es así porque puedes experimentar que hay una observadora que observa todo lo que está pasando.

Cuando empieces a disociarte conscientemente entre la observadora y lo observado, podrás comprobar que algunos de los síntomas físicos experimentados –opresión en el pecho o ahogo, por ejemplo– están relacionados directamente con una emoción. Emoción bien producida en respuesta a un pensamiento, bien intensificada por un pensamiento. 

Y al contrario, puede aparecer un síntoma físico sin más –podría ser un sofoco o palpitaciones– pero que, inmediatamente, produce una emoción (angustia por ejemplo) que a su vez dispara todo tipo de pensamientos dramáticos y negativos o, por lo menos, altamente estresantes que refuerzan y amplifican el síntoma.

En cualquier caso, la mente va a estar implicada, bien como productora bien como intensificadora de la reacción.

Sin embargo cuando empieza la disociación entre el observador y lo observado, empieza también la desidentificación con la mente que, en general, es un pelín histérica y no deja de atosigarnos con sus exigencias, sus quejas y sus dramas.

Lo que significa, que ya no vas a sentir que la reacción de sofoco, angustia, palpitaciones, pánico etc. eres , si no que es algo que está pasando en tu cuerpo físico y/o mental. A partir de este momento empiezas también a saber que puedes elegir lo que haces con la reacción.

¿Vas a dejarte arrastrar por ella y a acentuarla?

¿Vas a observar su desarrollo sin intervenir, sabiendo que te está enseñando algo sobre tu cuerpo y/o tu mente?

Si eliges lo segundo vas a aprender mucho sobre lo que te viene bien y lo que no, sobre lo que realmente quieres y lo que no, sobre las verdaderas razones de ciertos síntomas o estados. Por supuesto no te va a salir siempre a la perfección, date tiempo, no te preocupes si la reacción te puede más de una vez, simplemente sigue intentándolo y perdónate si no te sale. 

Quiérete.

Si no te desanimas, comprobarás que la reacción es cada vez menos intensa y más corta. Hasta el día que sientas que eres dueña de ti misma. Que, finalmente, la observadora utiliza su cuerpo y su mente como ella quiere y deja de ser el juguete inconsciente de todas las emociones, influencias y estados que le llegan.

Y cuando hablo de emociones, influencias y estados que le llegan, me refiero a hechos que pueden ser exteriores, pero que sobre todo son interiores, puesto que la mente y el cuerpo reaccionan siempre en función de aprendizajes inconscientes del pasado que, justamente ahora, en el periodo de purificación y renacimiento de la menopausia, salen a la luz para ser transformados en consciencia y nuevas energías para comenzar el ciclo de poder.

Aunque las mujeres tenemos la suerte de tener un mecanismo exclusivo –la menopausia– para hacer esta transformación con muchas probabilidades de éxito, en realidad, todo ser humano tiene que llegar a este estado de desidentificación con el cuerpo y la mente para ser verdaderamente libre. Por lo que existen técnicas, enseñanzas y filosofías múltiples que hablan de ello de distintas formas, por lo que para muchas de vosotras lo que digo no será nuevo, para otras sí. 

En cualquier caso, lo que propongo es una herramienta accesible, que puede utilizarse en cualquier momento que la angustia, el dolor, el pánico, el miedo o la cólera se manifiesten y parezcan llevarse todo por delante. Además, funciona –siempre que se use, claro.

Cuando consigas observar la mayoría de las veces una emoción/molestia en tu cuerpo/mente sin intervenir, en realidad estarás experimentando un tipo de estado meditativo

Puedes alargarlo en una verdadera meditación de algunos minutos a una hora, en momentos que te convengan. Por ejemplo antes de irte a dormir te relajará y purificará tu mente, lo que hará que duermas mucho mejor. También puede hacerse en medio de la noche –cinco, 10 minutos– si te desvelas de repente (caso típico de los sudores nocturnos) y tu cabeza empieza a estresarse por X-mil cosas.

La técnica es una variación de lo explicado en el artículo precedente, pero en este caso no será una respuesta a una reacción desagradable, si no una elección tuya en ese momento específico. Por supuesto, tú puedes estar haciendo ya algún tipo de meditación que te venga bien y, en este caso, puedes seguir haciéndola igual. Lo que yo propongo es una opción entre otras.

Para hacerlo:

a)   Te sientas en la posición del loto si te es confortable (ayudada por almohadones o cojines), si no, simplemente tumbada.

b)   Observas tu cuerpo respirando normalmente –en este caso no hay parada con los pulmones vacíos… tensiones, opresión en medio del pecho o en la tripa, palpitaciones, sofoco eventual… No cambias nada. No quieres cambiar nada, simplemente respiras normalmente y observas.

c)   Si tu mente no para de hablar, no pasa nada, la observas también y la regañas un poco de forma cariñosa. Puedes imaginarla como una niña pequeña en el centro de tu pecho. Una niña pequeña que tiene miedo y está nerviosa, y que será calmada y abrazada en el chacra corazón por la Madre Celeste o cualquier otra imagen que te venga bien.

Estás en este estado de observadora, el tiempo que te parezca. Si es para ayudarte a dormir aconsejo un cuarto de hora. Por supuesto, tu puedes alargarlo todo lo que quieras ¡No hay contraindicaciones!

Tampoco hay ningún problema si te parece que la mayoría de las veces no te sale en absoluto. Los efectos se manifiestan simplemente con que tengas la intención y la voluntad de hacerlo.

Con el tiempo verás que llegas a un nivel superior de observación, de estabilidad y de calma.

Finalmente, un aviso. Si, como es usual, tu vida está llena de actividades y obligaciones y no tienes un minuto libre, no intentes hacer tu cuarto de hora meditativo antes de dormir además de todo lo que haces normalmente.

Aconsejo hacerlo en vez de otra cosa que hagas, como por ejemplo ver la TV, o leer. No es una buena idea añadir más deberes a tu vida, es aconsejable que establezcas prioridades y decidas de qué otra actividad puedes prescindir.

Regla 3: Proponte encontrar un equilibrio entre trabajo/familia/descanso/ actividades artísticas u otras y contacto con la naturaleza.

Hay actividades/situaciones que tendrás que modificar o abandonar.

La menopausia es el momento de hacerlo.

Para ojear mis otros libros y saber más sobre mí puedes ir AQUÍ.

jueves, 22 de octubre de 2015

23. Programa para trabajar la ansiedad… Dos.




Durante la (peri) menopausia muchas mujeres experimentan subidas de angustia y ansiedad sin ninguna razón especial, es decir que se está pasando la aspiradora o leyendo una buena novela y, de repente, una oleada de angustia aparece de la nada y, a menudo, desemboca en un sofoco fenomenal.

La diferencia entre estas crisis de ansiedad y la ansiedad, digamos normal –que tiene causas más o menos localizables– es, justamente, esta falta de sentido inicial.

La frecuencia e intensidad de las crisis es muy variable y hay mujeres que no pasan por ello, así que estos artículos están pensados, sobre todo, para aquellas que saben de lo que hablo por propia experiencia.


Aunque pienso que, alguna de las herramientas y formas de pensamiento que sugiero, podrían ayudar también con la ansiedad y/o angustia normales –o sea, con causa o causas identificadas.

Estas crisis de ansiedad súbita pueden llegar a ser casi continuas –diez, doce o más al día– y seguir por la noche, impidiendo un sueño reparador. La situación puede crear cuadros depresivos agudos, donde se sufra tanto que el pensamiento de la muerte sea lo único que de un cierto consuelo. La diferencia con la depresión normal, es que esta situación es intensa pero muy corta: uno o dos días, en general.

Cuando la situación se prolonga durante meses una puede pensar que se está volviendo loca. 

El problema añadido es que, en consulta médica alopática, sólo os ofrecerán medicaciones que no solucionan en absoluto el problema.

Así que podéis imaginar que comprender lo que se está atravesando para poder trabajarlo es crucial.

Lo primero de lo que hay que ser consciente es de que es imposible oponerse a estas fuerzas que atraviesan el cuerpo… justamente, es lo que intentará cualquiera que pase por ello: cuando empieza la subida repentina de angustia hay una tensión inmediata y se deja de respirar en un intento de pararlo

Normalmente, esto se hace de forma totalmente inconsciente con el resultado de producir una sensación todavía más fuerte, muy cercana al ataque de pánico.

Así que, hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano para ver qué es lo que hacemos con nuestro cuerpo en estos momentos. 

Al principio es difícil porque da miedo pero, en cualquier caso, podéis empezar por ver si habéis dejado de respirar y, si es así, comenzar por aspirar y espirar aire usando conscientemente vuestros pulmones.

¡Atención! En una situación así no se trata de inspirar profundamente, puesto que es posible que haya una sensación de ahogo casi intolerable… la inspiración será ligera, incluso casi inexistente, lo importante es la espiración que, está sí, será todo lo profunda y larga que podamos.

Una vez terminada la espiración mantendremos los pulmones vacios por un momento más o menos largo, según nuestra capacidad. Después podemos inspirar de nuevo, ligeramente, y volver a espirar profunda y largamente, manteniendo un tiempo de parada con los pulmones vacíos.

Estas respiraciones con parada a pulmón vacio se hace todo el tiempo que dure la crisis de ansiedad

Durante este tiempo se observa lo que está pasando, podría notarse opresión en la tripa, en el pecho o en la garganta. Esto puede variar, y la opresión moverse de abajo hacia arriba o incluso ser como un ahogo.

También podría haber palpitaciones descontroladas.

No te preocupes por ello, simplemente, observa, aunque sea desagradable.

Si la crisis se acompaña de sofoco, se observa desde dónde surge la fuente de calor y como se mueve por el cuerpo.

Aparte de la respiración con parada, no se hace nada, simplemente se observa lo que pasa y cómo pasa, sin juzgar, sin odiarlo.

Al principio, puede que te sea imposible mantenerte en este estado de observación pasiva, en este caso y durante todo el tiempo en que la situación te sea completamente inaceptable, puedes ayudarte –además de las respiraciones– con los tres golpes del módulo energético de Donna Eden para la menopausia (artículo 9) y con el disolvente de stress.

El disolvente de stress consiste en colocar ligeramente las yemas de tus dedos sobre la frente y los pulgares sobre las sienes, mantener la posición sin apretar durante un minuto o dos –o mientras dure la crisis de ansiedad.

Ejercicios:

1)   Durante un mes practica las técnicas que he planteado más arriba.

Si la crisis de ansiedad se acompaña de sofocos, tienes que plantearte seriamente la alimentación. 

Un par de sugerencias generales y sencillas a adaptar a tu caso particular:

Al mediodía toma ensalada verde acompañada de una cucharadita de lino molido y un plato que incluya proteínas en cantidad moderada (carne, pescado, huevos, producto lácteo, legumbres…) y verduras.

Por la noche, ensalada verde con otra cucharadita de lino molido y un plato de feculentos (arroz, pasta, cus-cús …) con verduras.

No tomes tres productos lácteos diarios… es demasiado (ver artículos sobre la osteoporosis).

¡Atención! Cada vez encuentro más mujeres que no comen suficientes proteínas. Como el cuerpo está hambriento el deseo se desplaza a los dulces. Si te encuentras en esta situación (trampolín directo a la diabetes) consulta a un buen nutricionista. 

¡Escribe tus experiencias en tu cuaderno privado!

Regla 2: Evita el agotamiento moral y/o físico. Tus observaciones en relación a la alegría te habrán puesto sobre esta pista…

Para ojear mis otros libros y saber más sobre mí puedes ir AQUÍ.